Por Carolina Barros S.
La experiencia tanto en el ámbito nacional como internacional, demuestra que contar con herramientas financieras es fundamental en el desarrollo de los productores agropecuarios, sobre todo cuando hablamos de pequeños productores, los cuales requieren un financiamiento prácticamente total. Si bien existen instituciones financieras que ofrecen financiamiento, en la mayoría de los casos, ello es sólo parcial, encontrando muchas de las veces, financiamiento directo de parte de intermediarios, habitualmente de los mismos exportadores.
En tal sentido, estudios en la materia han señalado que la primera necesidad financiera de los grupos productores radica en los préstamos comerciales de pre cosecha, pre producción y créditos de exportaciones. Este tipo de mecanismo de alguna manera soluciona el problema de la venta de los bienes que muchos productores realizan a intermediarios antes de la cosecha. Esto se debe principalmente a la necesidad de los mismos de contar con fondos inmediatos, situaciones que instituciones financieras no están dispuestos a financiar del todo, debido a la falta de seguridad que ello implica, dado que las cosechas aún no están hechas. Por otro lado, se suman los demás factores de riesgo que encontramos en este tipo de operaciones, tales como la alta volatilidad en los precios de los bienes transados, el riesgo climático asociado a cualquier tipo de cultivo, entre otros.
En razón de lo anterior, es fundamental contar con las herramientas necesarias orientadas a reducir los riegos asociados a las operaciones de financiamiento a productores, que digan relación no sólo con el cumplimiento de las obligaciones de entrega efectiva de los productos, sino que además asegure al financista o intermediario, el contar con las herramientas necesarias relativas a la recuperación de los financiamientos otorgados, y reducir los riesgos que enfrenta.
Para tales efectos, al iniciar un proceso de financiamiento, se recomienda, en primer término, realizar un estudio de la capacidad económica y nivel de endeudamiento del productor, para continuar con el estudio respecto a las garantías que él mismo puede otorgar, tanto personales como reales, dentro de las cuales encontramos principalmente: la constitución de hipotecas, prendas sin desplazamiento, fianza simple y fianza solidaria. A su vez podemos agregar otros instrumentos tales como: reconocimientos de deuda y pagarés. Lo anterior como seguridades mínimas, que permitan fortalecer la relación contractual, apoyado por alternativas para simplificar sus procesos de constitución, sustitución, alzamiento y traspaso.
Lo señalado, permitirá no sólo contar con información que disminuya el nivel de riesgo asociado al financiamiento, sino que también permitirá canalizar y clarificar la información para la toma de decisiones, otorgando las seguridades necesarias para exigir el cumplimiento de las obligaciones contractuales de las partes. Pasando así, las garantías de la naturaleza que fueren, a ser un instrumento básico para equiparar o reducir el riesgo, que separan al productor del financiamiento que requiere. |